Glosario
Términos complejos explicados de forma Simple, a lo Lowi.
¿Te ha pasado que estás en mitad de una videollamada y, de repente, la voz de tu interlocutor se entrecorta? Lo más probable es que esto se deba al jitter. Por eso, vamos a contarte qué es el jitter en Internet, por qué es tan importante tenerlo controlado y cómo afecta realmente a tu día a día digital.
Si quieres saber qué es jitter, en términos técnicos se define como la variabilidad o fluctuación en los tiempos de llegada de los paquetes de datos a través de tu conexión. No mide cuánto tardan los datos en llegar (eso es la latencia), sino lo inconsistente que es ese tiempo.
Te lo explicamos con un ejemplo: Imagínate que has pedido una pizza a domicilio y te dicen que tardarán 30 minutos.
Si a los 30 minutos exactos llaman a tu puerta, perfecto. Pero si el repartidor aparece a los 15 minutos un día, a los 50 al siguiente, y luego a los 20, esa irregularidad es precisamente lo que llamamos jitter en una red.
Entonces, ¿qué es el jitter en velocidad de Internet y por qué debería importarte? Porque las aplicaciones que usamos hoy en día, especialmente las de comunicación en tiempo real, necesitan que los datos fluyan de manera regular.
Cuando los paquetes llegan con gran dispersión temporal, el sistema receptor tiene que compensar esa irregularidad mediante un búfer de fluctuación. Si el jitter es demasiado alto, ese búfer se satura o se queda vacío, y el resultado son pausas forzosas.
Y ahí es donde empiezan los problemas... cortes en el audio, vídeo pixelado o ese lag frustrante en los juegos. Como te habrás dado cuenta, no se trata solo de velocidad de conexión, sino de estabilidad.
Como ya sabemos qué es el jitter, pero ¿cómo se nota en el uso real? Pues te lo vamos a explicar por contextos, porque seguro que te has encontrado con alguno de estos escenarios.
Ahora viene la parte donde aclaramos conceptos, porque es muy fácil liarse con estos tres términos:
Si quieres saber cómo anda tu conexión, necesitas medirlo. El jitter se expresa en milisegundos (ms) y refleja cuánto varía el retardo entre paquetes sucesivos. Te contamos las formas más habituales de revisarlo:
No todo el jitter es igual. Dependiendo de su origen y naturaleza, podemos clasificarlo de varias formas.
El jitter aleatorio es el imprevisible, el que viene del ruido inherente a cualquier sistema de transmisión, como interferencias eléctricas, ruido térmico, perturbaciones del entorno.
Por otro lado, el jitter determinístico es repetitivo y predecible. Tiene causas identificables y puede deberse al patrón específico de datos que estás transmitiendo (interferencia intersímbolo), o a fuentes externas sistemáticas como diafonía o ruido de la fuente de alimentación.
En la práctica, tu conexión sufre una mezcla de ambos, y las herramientas profesionales intentan separar cuánto viene de cada componente para poder diagnosticar mejor.
Aquí hablamos de dos contextos distintos donde aparece el jitter.
El jitter de red, técnicamente conocido como Packet Delay Variation (PDV), es el que nos afecta en Internet. Se origina en la gestión del tráfico IP debido a congestión en los routers, competencia por ancho de banda, y colas mal gestionadas.
Es el que provoca los problemas en tus videollamadas y juegos. La solución pasa por políticas de calidad de servicio (QoS), priorización de tráfico crítico y una buena ingeniería de red.
El jitter de reloj o sincronización es más de bajo nivel, de las capas físicas de las telecomunicaciones. Tiene que ver con la inestabilidad en las señales de reloj que temporizan los datos.
Si el reloj del receptor no puede mantener la sincronización perfecta con el del transmisor, aparecen variaciones de fase que aumentan el riesgo de errores de bit. Esto se soluciona a nivel de hardware.
Para que veas cómo el jitter te afecta en situaciones reales del día a día, aquí van tres ejemplos clarísimos:
Como ves, el jitter es uno de esos parámetros de red que mucha gente desconoce, pero que tiene un impacto notable en tu experiencia digital diaria. Tal como dijimos antes, no basta con tener una conexión rápida si esa velocidad es irregular.
Lo bueno es que hoy en día no hace falta ser un ingeniero de redes para comprobar estos valores. Si quieres salir de dudas y ver cómo está realmente tu conexión, te recomendamos que hagas un test de velocidad de Internet para medir la velocidad de tu móvil o tu conexión fija.
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